Entre Chismes anda el Diablo

A Pedir Posada

La suerte vuelve a traer a la pareja a la vecindad, los familiares de José que les dieron cobijo se enteraron por "quién sabe quien", que el hijo de María no es de José y los corrieron. María ya lleva su embarazo muy avanzado y se encuentra cansada pues no hayan la dirección correcta, la ciudad cambió mucho en estos meses. Es de noche y la vecindad ya está cerrada, están buscando a Gabriel para que les dé asilo.

	Gabriel va llegando de su trabajo (de algo tenía que vivir mientras estuviera en la tierra...) y los encuentra afuera de la vecindad, ellos le platican la situación y él y los acepta gustoso pero... ¡volvió a olvidar las llaves de la vecindad en el trabajo! No quieren despertar a la portera a toquidos porque es algo malencarada cuando la llaman a deshoras, Gabriel no sebe qué hacer, recuerda que le puede pedir consejo a su Ángel de la Guarda y ella lo aconseja, así que deciden pedir posada con la tradicional letanía, ¡aunque se enoje la famosa Lilith!

Ante las primeras coplas de la Letanía, Doña Casilda y Doña Benigna reaccionan. Se emocionan de escuchar el canto, pues Lilith les prohibió hacer posadas en la vecindad, así que responden gustosas. Lilith se ha despertado con el escándalo y trata de convencerlas de que corran a los que cantan afuera, pues seguramente son ladrones.

	Las vecinas no se dejan convencer facilmente, pues piensan que Lilith está bromeando, y siguen cantando con singular alegría. Los peregrinos siguen insistiendo desde afuera. Parece que la recomendación de la Angelita de la Guarda está dando resultado. Lilith cada vez está más furiosa. El Bien comienza a ganar terreno y el Mal retrocede sin dar tregua. ¡Pronto viene el desenlace!

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